La IARU (International Amateur Radio Union), organización internacional encargada de representar a los radioaficionados de todo el mundo ante las autoridades gubernamentales, a la vez que organizar y armonizar el uso de las bandas y frecuencias asignadas a los radioaficionados, entre otras funciones, acaba de cumplir nada menos que su 95 cumpleaños y en España, gracias a URE, se ha estado a la altura a la hora de conmemorar tan importante efeméride.
Diploma IARU 95 aniversario
Aprovechando una coyuntura social muy complicada, como está siendo el estado de cuarentena y aislamiento de buena parte de la población mundial como consecuencia de la pandemia del coronavirus COVID-19, la Unión de Radioaficionados Españoles ha querido celebrar este cumpleaños con la puesta en marcha de un diploma cuya fórmula ya ha demostrado en ocasiones anteriores ser de interés para la comunidad de radioaficionados mundial, cosechando importantes éxitos de participación en eventos similares, como los diplomas del IV Centenario de la muerte de Cervantes o del 70 aniversario de la propia URE hace poco más de un año. Si bien otras asociaciones nacionales han puesto en el aire estaciones o eventos especiales con motivo de la celebración del aniversario, ha sido España, gracias a URE, la que una vez más ha demostrado estar a la cabeza de la radioafición mundial en la organización de este tipo de actividades, con una actividad de una envergadura, por número de estaciones en el aire y participación mundial, muy por encima de cualquier otro evento organizado para tal efecto.
El mérito es de todos
Si bien es justo reconocer que el evento ha sido posible gracias a la iniciativa de URE, asociación de la que muchos reniegan por los más diversos motivos, y a la que cualquier radioaficionado español debería pertenecer, independientemente de los servicios que nos ofrezca a título individual, no lo es menos mencionar, agradecer y ensalzar a las personas que en la práctica han hecho posible que el diploma esté en el aire con unos niveles de calidad y eficiencia de primer nivel:
Los operadores
URE, creo que con buen criterio, ha vuetlo a abrir la participación a todos sus socios, participando en la actividad desde los más experimentados hasta los principiantes en las tareas lidiar con los enormes piles. Esta forma de reclutar operadores es un arma de doble filo. Por un lado abrir las puertas a que cuaquier socio pueda ser operador es una forma de hacer partícipes a sus socios de actividades de este calado, lo que siempre es una satisfacción, además de ayudarlos a mejorar y practicar sus habilidades como operador, y es que en determinadas circunstancias puede llegar a ser agotador y realmente estresante llevar a buen término operaciones con piles de cientos de personas. El otro lado de la moneda es la posibilidad de que algún operador manifiestamente incapaz de gobernar un pile, aunque ponga toda la buena fe del mundo (que ésta se le presupone y da por hecho), termine montando algún lío en frecuencia. No tengo dudas de que pesa mucho más abrir este tipo de actividades a todos los socios, evitando así que éstas terminen siendo el coto privado personal de unos pocos afortunados, que circunstancialmente algún operador se vea sobrepasado en frecuencia.
Los que no se ven
Hay mucha gente detrás de un evento de estas dimensiones, desde la persona encargada de gestionar e implementar el (estupendo) sistema informático que lleva prácticamente en tiempo real la evolución del diploma, pasando por los coordinadores de cada equipo, hasta otros compañeros encargados de atender, gestionar y supervisar el correcto funcionamiento de éstos, así como toda la parte administrativa y logística que no se ve, pero que es imprescindible para que no se convierta en caos sacar al aire unas actividades que recordemos implican que decenas de estaciones estén activas al mismo tiempo en varias bandas y modos.
Los participantes
Haciendo un simil gastronómico podríamos decir que los puntos anteriores son los ingredientes perfectos para elaborar nuestro plato, pero de nada servirían si nadie lo degustara, por muy exquisita que haya sido su preparación y elaboración. Afortunadamente la implicación con el diploma no solo ha venido por parte de la organización, sino que gracias a su trabajo, buen hacer y esfuerzo han sabido captar el interés y participación de miles de radioaficionados de todo el mundo, convirtiendo en mucho más que satisfactorio el trabajo realizado.
Más de medio millón de QSOs, 60.000 participantes, y 220 entidades trabajadas son el reflejo inequívoco de que el evento ha sido un éxito internacional sin paliativos, sin que ninguna otra asociación, que yo recuerde, haya sido capaz de organizar una actividad similar ni con el nivel organizativo de URE en los úiltimos eventos, ni con la repercusión que éstos han tenido. A muchos se les podrán venir a la memoria concuros tan míticos como el CQWW, con evidente mayor calado, aunque son eventos que por sus características no se pueden comparar.
Mi participación
Este año mis circunstancias personales me han impedido formar parte de la actividad, habiéndola trabajado desde fuera como uno más. Y aunque inicialmente me planteé volverme a implicar, finalmente decidí que si el compromiso no podía cumplirlo con garantías era mejor echarme a un lado, autoimponiéndome las exigencias que le pongo a cualquiera que se comprometa a formar parte de un evento de este tipo, que en realidad no son otras que compromiso y responsabilidad. Este año no habría estado a la altura y sin duda no iba a dejar la puerta abierta a que mi falta de implicación pudiera terminar siendo (justificado) motivo de crítica.
Finalmente este Diploma 95 Aniversario IARU me ha servido, como a otros muchos radioaficionados, para abstraerme de la triste realidad sanitaria, laboral y social que vive medio mundo con motivo del coronavirus COVID-19, permitiéndome pasar una buena cantidad de horas de esta obligada cuarentena haciendo una de las cosas que más me gusta.
Los resultados en la clasificación no son relevantes, aunque sería hipócrita si dijera que no he estado pendiente de ellos. Una vez decidido a trabajar el diploma resulta complicado abstraerse del ranking, aunque en mi caso siempre se trata de un ejercicio de superación personal. No tengo interés en quedar por encima de nadie, mi motivación es intentar ser mejor en cada evento, superarme, conseguir más slots, ser capaz de estar a la altura de compañeros que están mucho más arriba. Casualmente, aunque no son eventos comparables por duración ni posibles slots, en ambos quedé en un nada despreciable puesto 50 nacional, habiendo mejorado mi posición europea, subiendo del 450 en el 70 aniversario al 278 en este 95 de la IARU.
La cruz
Haciendo honor a la verdad tengo que decir que poco o nada tengo que reprochar al transcurso de este diploma. En términos generales, en lo que a mi concierne, todo ha sido buen hacer por parte de los operadores, a los que no se me ocurriría reprochar absolutamente nada, sino justo lo contrario, máxime habiendo sido uno de ellos en eventos anteriores y por consiguiente perfectamente consciente de lo que ello supone. Los logs, lo más crítico dado el funcionamiento del diploma, no han contenido fallos, salvo una mala copia en telegrafía donde en lugar de EA7G se anotó EA7EG (pura anécdota). Éstos, además, me atrevería a decir que se han subido al servidor con mayor diligencia que en eventos anteriores, estando, por lo menos en mi caso, todos los comunicados certificados al día siguiente de haberlos realizado, y en muchas ocasiones incluso minutos después de las operaciones.
Sin embargo, y aunque sea tan normal como desagradable, sí que ha habido un operador cuya mala praxis en algunas de sus operaciones ha dejado malos comentarios de muchos compañeros insatisfechos y enfadados ante una forma de operar para la que no encuentro un único calificativo. Dejémoslo en muy deficiente.
Una pared llena de diplomas del CQWW no son garantía de una buena praxis operando, como una pared vacía (como seguramente lo serán la mayoría de los operadores) no lo es de lo contrario. Sin embargo los hay quienes incluso para responder un email piden tu curriculum para ver si eres merecedor de su tiempo. Es el caso del operador (repito, uno, y solo uno) de una de las estaciones AM, más pendiente de antender las llamadas telefónicas personales durante sus operaciones (3, 4 y 5 llamadas en apenas una hora) que de la propia operación. Un operador que en demasiadas ocasiones llamaba sin criterio, orden ni concierto, atendiendo a estaciones que no había llamado, o algunas que le reclamaban el contacto vía clúster. Un operador que (a tenor de señales de +60 en ciertos momentos y bandas) usa QRO cuando quienes le llaman lo hacen con 100w, provocando el más que evidente y normal enfado de aquellos a quienes no escucha y que, obviamente, lo llaman al recibir su estación AM con buenas señales. Unas operaciones en las que llamando por números no se mantenía un criterio único sobre el tiempo en que permanecer en cada uno de ellos, una estación que, para colmo, me atrevería a decir que fue exactamente la misma que el año pasado suscitó duras (y en muchas ocasiones justificadas) críticas ante ciertas operaciones, cuando menos, mucho más que discutibles.
El compañero anterior, su soberbia y falta de respeto con quienes le llaman, apareciendo y desapareciendo durante una misma operación sin dar la más mínima explicación, y en términos generales realizando una operación bastante deficiente en muchos (demasiados) casos, es la otra cara de la moneda que comentaba más arriba. Es el peaje que hay que pagar, y entiendo que así sea, cuando se abre la participación a cualquier socio. No es culpa de URE, que escoge abrirse a sus socios, sino de quien siendo consciente de su incapacidad (aunque su soberbia no le deje verla) se empeña en formar parte de algo que le supera.
La cara
Sin duda el resto de operadores, entre los que quiero destacar a un compañero del distrito 6 que tomó la decisión de operar el diploma en CW en QRS. Mi total y absoluto y reconocimiento hacia él (EA6LU), porque son radioaficionados como él y su forma de actuar el ejemplo a seguir (justo lo contrario del caso anterior). Y no lo son porque operen a 40ppm ni hagan miles de comunicados (a estos, evidentemente, también hay que felicitarlos), sino porque conscientes de sus habilidades son capaces de gestionar los piles adecuando su operación a éstas. El que os escribe, con una CW cogida con pinzas, que da lo justo para escuchar indicativos y dar un 5NN, valora sobremanera a compañeros que deciden afrontar este tipo de opreaciones desde el buen hacer y la responsabilidad.
Conclusión
Solo puede ser positiva. Haberme encontrado con un operador que no ha dado la talla no ensombrece en ningún caso el buen sabor de boca que, una vez más, me ha producido una actividad de este tipo. Orgulloso, además, no solo de la asociación a la que pertenezco desde hace 25 años, sino de la raidoafición española en general, que con actividades de este tipo consiguen incrementar su prestigio internacional, estando a un muy buen nivel, lo que, sin duda, es una buena noticia, seamos o no socios de URE.